El grupo directivo del evento estuvo conformado por los miembros de la Asociación Acentos: Juana Neira (Finanzas y Regalos), Alberto Kok (Coordinación y "Chocolatada"), Helene Gutierrez (Prensa y Publicidad) y César Vera (Orden y Seguridad, y Espectáculos).
Aunque hemos puesto entre paréntesis las responsabilidades de cada uno. En la práctica todos han hecho de responsables multitarea, porque así lo requerían las necesidades de organización. Solo por mencionar algo, César hizo de director del coro de niños; Helene asumió la función de fotógrafa, y Juana y Alberto asumieron la responsabilidad de buscar los locales para los ensayos, para las reuniones de los voluntarios y para el evento en sí. Tareas nada fáciles.
Durante dos meses, un incansable grupo de entusiastas voluntarios se dedicó a preparar la fiesta, cuidando que no se les escape el más mínimo detalle. Fueron días de trabajo arduo, aguantando el cansancio y el frío. En la foto, uno de los equipos de tarea clasifica y envuelve juguetes por grupos de edades, en el almacén que cedió el Bar Restaurante "Tres Esquinas".
Sábado tras sábado los voluntarios tuvieron reuniones generales para acordar los pasos siguientes. Durante la semana algunas comisiones se reunieron para coordinar los trabajos específicos de sus grupos. El resultado de tanto esfuerzo se dejó notar en el buen ambiente que reinó entre los voluntarios, su presencia sincronizada en todos los momentos de la actividad, y los elogios de un público agradecido que disfrutó de un espectáculo bien hecho.
Al igual que en otras ocasiones, los voluntarios se distinguieron por vestir una prenda roja y una credencial colgada al cuello, permitiendo su localización por el público.
Foto de familia de los voluntarios. No están todos los que colaboraron, porque algunos se marcharon minutos antes o porque varios de ellos trabajaron en la fase previa y luego tuvieron que viajar o tenían otros compromisos adquiridos previamente. Sus rostros muestran satisfacción y no era para menos, todo salió según lo planificado y con la recompensa de haber contribuido a dar un momento de alegría a niños y padres.
Ninguna persona, grande o pequeña, se quedó sin saborear el panetón, gracias al aporte del Consulado General del Perú en Madrid.
El panetón es un pan con frutas confitadas y uvas pasas, de sabor exquisito y con aroma de azahar, incorporado a la cultura peruana por los inmigrantes italianos , mediando el siglo XX, los cuales al principio lo importaban de Génova y luego pasaron a producirlo en las panificadoras industriales que fueron desarrollando en la tierra que los acogió, lo que a su vez ayudó a difundir la tradición.
La costumbre de consumir panetón en navidad es una muestra más del mestizaje del que está impregnada la gastronomía del Perú.
Un bocado de panetón sienta bien con un buen sorbo de humeante y aromático chocolate con leche. Una sesuda evaluación de la comisión de "chocolatada" les condujo a tomar la decisión de optar por un batido de chocolate que no desentonó para nada.
Con la merienda, los niños recibieron un suplemento especial de dulce energía para seguir disfrutando del espectáculo, y se incorporaron a la tradición de sus padres de tomar chocolate con panetón en navidad.
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